—¿Dónde aprendiste a actuar tan bien? —preguntó Theodore, caminando hacia la silla y tomando asiento.
Calhoun sonrió, su sonrisa se extendía de un extremo a otro de sus labios—. Debe ser una naturaleza innata que adquirí al nacer. Por mucho que Calhoun se hubiera desmayado frente a todos y lo pusieran en cama, la verdad era que solo había actuado como si perdiera la conciencia mientras escuchaba cada palabra que salía de los labios de Laurence, Morganna y los demás.
—No hay que olvidar, también es bueno tener al médico que está dispuesto a mentir por nosotros —dijo Calhoun antes de tomar asiento en la mesa donde habían colocado la comida y la sangre para que él comiera y bebiera—. La semilla de la duda fue plantada hace semanas, pero la planta finalmente ha brotado del suelo. ¿Escuchaste algo de Morganna?