—Lady Lucy, te ves encantadora —saludó Ethan Moryett, que había llegado temprano, antes de dirigirse a la princesa.
—También te ves guapo, Ethan —Lucy fue educada para elogiar al hombre cuya esperanza solo aumentaba con sus palabras. Él había estado esperando este día y esta hora de la tarde con ansias, esperando finalmente dejarle saber a Lucy sus sentimientos por ella.
—Parece que tienes bastante tiempo libre en tus manos, Ethan —dijo Lady Samara, notando la atención extra que el hombre estaba dando a su hija. Dado que eran parientes lejanos, Lady Samara no era amable con sus palabras cuando se trataba de él.
—Terminé los documentos antes de lo esperado y pensé que me haría bien venir aquí —respondió Ethan, sin tomarse a mal las palabras de la dama.
Lady Samara no respondió y solo miró fijamente antes de desviar la mirada hacia otro lado.