Recomendación Musical: Giverny de Remo Anzovino.
Madeline observó al extraño que la miraba a ella. No recordaba nada de lo que había sucedido en el mundo de los vivos antes de llegar al Cielo. Por eso no sabía que existía una persona como esta, al menos no una que tuviera cuernos en la cabeza.
Calhoun ya sabía que esto iba a suceder, y por más que intentó prepararse para este momento desde la muerte de Madeline, el golpe de sus palabras no redujo la grieta en su corazón. Madeline llevaba una túnica blanca similar a las de los otros ángeles, y sus alas estaban a la vista de todos. Él notó cómo ella tragaba saliva, su garganta subía y bajaba.
Los nervios que habían aparecido en la piel de Calhoun comenzaron a desvanecerse lentamente, y los cuernos poco a poco se hicieron más y más pequeños hasta que finalmente desaparecieron.
Cuando una ráfaga de viento sopló sobre ellos, Madeline levantó la mano para apartarse el cabello del rostro mientras seguía mirando a Calhoun.