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Madeline, quien estaba sentada en el carruaje, miraba por la ventana donde los edificios pasaban uno tras otro a medida que el carruaje se abría paso. Veía a la gente caminar de arriba abajo por las calles mientras algunos carruajes los adelantaban.
—El pueblo parece tan pacífico —murmuró Madeline en voz baja, sus ojos marrones dejando de mirar el exterior del mundo y mirando a Calhoun, quien la observaba con una leve sonrisa en los labios—. ¿Qué papel querías recoger? —preguntó con curiosidad.
—Era sobre la disputa de la tierra que estaba teniendo lugar no muy lejos del castillo. ¿Te aburriste esperándome? —preguntó Calhoun, sus ojos ligeramente más claros que el rojo oscuro al que ella estaba acostumbrada. Se preguntó si era porque estaban fuera ahora.
Madeline negó con la cabeza —Me habría aburrido estando en la mansión también. Para variar es bueno estar aquí afuera contigo.
