Calhoun había llegado hasta las puertas, pero algunos de los ángeles habían llegado a tiempo para detenerlo. La mayoría de ellos miraban a Calhoun con intriga ya que parecía una mezcla de un ángel y un demonio.
—¿Por qué tiene plumas? —preguntó uno de los ángeles—. Solo un ángel puede tener plumas en sus alas.
—Es el nieto del Diablo —dijo otro ángel, observando a Calhoun.
—¿El nieto de Lucifer? —llegaron las palabras sorprendidas de otro ángel, mientras sus ojos se abrían de par en par al mirar a Calhoun.
Calhoun observaba a los cinco ángeles que habían venido a recibirlo. Podía sentir que más ángeles estaban llegando, pero eso no le importaba.
—Dime dónde está Madeline y no será necesario que luche para entrar aquí —anunció Calhoun.