Recomendación Musical: Giverny de Remo Anzovino.
Madeline ayudó a limpiar la mesa, mientras Beth ayudaba a su madre en la cocina. Una vez terminada la limpieza, se aseguró de que su madre no estuviera tan nerviosa como cuando vio al Diablo por primera vez, de pie en la casa. Dejando a su madre en compañía de Beth, Madeline salió de allí y comenzó a subir las escaleras, dirigiéndose a la habitación.
Calhoun no estaba en la habitación, y ella solo asumió que aún estaba hablando con Vladimir sobre las palabras que su abuelo había pronunciado durante la cena. Era difícil entender al Diablo debido a la cantidad de astucia que poseía la persona, sus palabras entrelazadas y envueltas en dulces mentiras para que la otra persona hiciera sus peticiones. La gente olvidaba que el Diablo que temían una vez fue amado. Que fue un ángel con todas las buenas cualidades y querido por Dios.
Eso planteaba la pregunta en la mente de uno sobre cómo un ángel se había manchado a sí mismo.
