—Fue un malentendido —Madeline intentó intervenir, y Vladimir levantó su mano para que dejara de defender a su hermana.
Beth apretó sus labios. La forma en que el Diablo la miraba en ese momento, estaba segura de que el segador de la muerte aparecería y la arrastraría al Infierno. Se arrepintió de haber conocido a Markus, de haber creído sus palabras y las de Rosamunda, y se preguntó cuánto tiempo tardaría en ser perdonada por sus acciones.
No sabiendo qué más hacer, Beth bajó la cabeza —Me disculpo por mis errores. Nunca volvería a hacer algo así. Mi lealtad está con mi hermana y con el Rey de Devon.
Vladimir no apartó la mirada de ella, sino que solo la observó fijamente.
Beth levantó la cabeza, mientras sentía la tensión en el aire.