Los ojos de Madeline y Beth se abrieron de par en par al escuchar esto.
Beth quería decir algo que pudiera ayudar, pero apenas podía pensar en algo. En cambio, su rostro se llenó de shock, y miró a Vladimir, sin saber quién era esta persona.
—¿Hay algunos demonios que regresan al mundo de los vivos incluso después de matarlos varias veces? ¿Por qué? ¿Por qué él no puede regresar? —preguntó Madeline. Al escuchar esto, un destello de esperanza se encendió en los ojos de Beth.