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De vuelta en el pueblo, y en uno de los edificios, los demonios continuaban llegando y atacando a Madeline, quien había adoptado su forma de ángel oscuro, matándolos con sus manos. Una de las demonias cogió el martillo que estaba tirado en el suelo y vino a golpear la cabeza de Madeline, pero el ángel oscuro se apartó, evitándolo.
—Te sorprendí, ¿no? —preguntó la demonia con una sonrisa enloquecedora en su rostro.
Madeline ya no era ella misma, y sus movimientos eran más rápidos, manteniéndose al ritmo de la demonia que intentaba atacarla. —¿Qué pasa? ¿No tienes palabras? —continuó provocándola la mujer.
La demonia era una aprendiz del demonio Greyson. En comparación con los otros demonios, ella tenía más poderes, retrasando a Madeline para enviarla de vuelta al Infierno. Madeline intentó crear los carámbanos y los envió al demonio, pero antes de que uno pudiera perforar a la demonia, todo se convirtió en agua.
