Tomando el arma que pertenecía al demonio, avistó al otro demonio que huía. Levantando su mano, apretó el gatillo, donde la bala voló por el espacio para golpear la parte trasera de la cabeza del demonio. Notó a los Salvette Mortems abriéndose paso hacia adentro, avanzando hacia los cuerpos muertos.
Los oscuros corredores se iluminaban con su presencia, y él avanzaba a través de ellos matando a los demonios que habían invadido el castillo. Alcanzando a Theodore, quien estaba luchando con un rostro familiar, Walter, se dirigió hacia allí. Era la misma persona que había arrancado las alas de Madeline.
Theodore estaba en el suelo, su mano empujando el rostro de Walter mientras Walter tenía sus manos alrededor del cuello de Theodore, estrangulándolo. Cuando se disparó un tiro, Walter gruñó de rabia, ya que su brazo había sido disparado. Esto le dio ventaja a Theodore para empujarlo y tener la espalda de Walter en el suelo.
