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Por los primeros segundos, Lucy no supo qué le había pasado porque fue demasiado rápido. Aunque era una vampira, podía sentir el dolor en su estómago, y colocó ambas manos sobre la herida y sintió algo húmedo. Cuando miró sus manos ligeramente aturdida, vio sangre en ellas.
Lucy lo miró conmocionada a Samuel, que había dado dos pasos hacia atrás para admirarla. —¿Creíste que te dejaría ir sin obtener algo a cambio, mi esposa? —preguntó Samuel.
Lucy podía sentir el dolor empezando a extenderse mientras Samuel había clavado sus dedos profundamente en su estómago antes de retirarlos.