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Como había pensado, Calhoun solo llevaba puesto la bata alrededor de su cuerpo ya que acababa de terminar de bañarse. Su cabello desordenado se estaba secando lentamente ya que no se pegaba a su frente como cuando ella había entrado en la habitación. Él estaba allí tan desnudo como ella, su cuerpo tenso y orgulloso mientras ella continuaba manteniendo las manos en la misma posición.
Era difícil mirar más abajo de su cara por la forma en que él la miraba como si un pequeño movimiento de ella llevara a este gran lobo malo a devorarla. La mirada en sus ojos era algo que le recordaba el momento en que él la había acorralado en uno de los pasillos del castillo antes de que ella huyera de él para unirse a la multitud durante la época de Hallow. Sus ojos eran intensos e intimidantes, pero también había algo más allí, algo oscuro y peligroso que se escondía detrás de esos ojos rojos suyos.
