—Los ojos de Madeline se abrieron de par en par ante la suavidad con la que Calhoun impartía las noticias que ella quería dar a sus padres. Sus padres parecían visiblemente conmovidos, sus ojos tan abiertos como los de ella mientras miraban al Rey.
—¿Mi Rey? —sorprendido, respondió su padre.
—Antes de que pregunten qué, permítanme decirles que su hija y yo ya estamos al tanto de sus acciones y nos gustaría escuchar su versión de la historia sobre por qué hicieron lo que le hicieron a ella —dijo Calhoun, tras moverse y tomar asiento en el sofá, haciendo señas a los vacíos para que los padres de Madeline pudiesen sentarse. Una vez acomodados, continuó.
—¿D-de dónde lo han oído? —preguntó su padre.
—Nunca quisimos que te pusieran en el ataúd, Maddie —dijo su madre—. Fue algo que nunca deseé pero...
—Pero lo hicieron de todas formas —completó Calhoun la frase de su madre—. Sí, lo sabemos.