Calhoun dijo:
—La señorita Elizabeth podría ser tu hermana, pero no la veo cambiando de actitud. La mayoría de nosotros estamos impulsados por algo en nuestras vidas. Y la mayoría de las veces esto implica poder y dinero, el estatus que viene con ello —explicó Calhoun a ella—. Pero no te preocupes por tu hermana. Antes de que puedan casarse, Markus y la señorita Elizabeth no estarán juntos.
Madeline tenía la esperanza de que su hermana cambiara su comportamiento. Lo último que necesitaba era Beth escuchando lo que Markus pudiera decir.
—Ven conmigo, querida —Calhoun extendió su mano y Madeline puso la suya en la de él, siguiéndolo afuera. Sus alas negras de plumas no perdieron tiempo en desplegarse.