Durante la cena, Madeline eligió sentarse al lado de su hermana Beth y lejos de Calhoun como medida de precaución. Teniendo experiencia con la mano de Calhoun colándose en su pierna, en su muslo, dudaba que pudiera quedarse quieta sin ponerse roja de vergüenza. Sin mencionar que su familia y los parientes de él estaban sentados en la mesa.
Y aunque Calhoun no la había tocado, Madeline no podía detener los pensamientos que corrían en su mente.
—Lady Madeline, has cambiado de asiento —dijo Lady Lucy lo suficientemente alto para que todos lo oyeran, los que estaban en la mesa. Madeline sostenía los cubiertos en su mano cuando Lady Lucy habló. Deseaba que la amable vampiresa no lo hubiera mencionado en voz alta porque todos podían verla sentada no al lado del Rey sino entre su madre y su hermana Beth.
Los ojos de todos los vampiros, incluidos los de Calhoun, se posaron en Madeline.