Sus ojos se abrieron de par en par al oír esto. ¿Estaba Calhoun bromeando o hablaba en serio en este momento? Con él sonriendo hacia ella, era difícil decidir. ¿Realmente sacó a su abuelo de su ataúd y ahora no tenía ni idea de dónde estaba su cuerpo?
—No merecía tener esta tumba cementada —dijo Calhoun y movió su mano como si ella no debiera preocuparse por ello. Durante la cena y en su habitación, Calhoun parecía cualquier otra persona normal. Hablando con ella para que estuviera al tanto de lo que iba a suceder en el castillo. Antes le hablaba sin burlas ni provocaciones, pero ahora parecía que su actitud había vuelto a ser la de siempre.
—¿Lo conociste? —preguntó Madeline. Ella sabía que Calhoun había conocido a la madre de su padre, que ahora residía en la fría celda de la mazmorra con una varilla que seguía clavada en su boca.