Madeline se sintió aliviada de que la flecha no hubiera dado en el blanco —murmuró ella—, pero se preguntaba cómo había fallado Calhoun. Lo vio tomar otra flecha antes de colocarla en el arco —continuó—. El cervatillo se había movido del lugar donde comía las plantas —añadió pensativa—, imperturbable, ya que no había sentido el roce del filo de la flecha.
Al sentir que Calhoun movía su mano, Madeline se quedó quieta —comentó en un susurro—, incluso su respiración se detuvo mientras lo observaba tensar la flecha. Estaba segura de que esta vez Calhoun mataría al cervatillo —reflexionó—, pero la flecha pasó entre los árboles para clavarse en la corteza de uno.
—Parece que hoy la puntería no es buena —lo oyó murmurar— y sus cejas se juntaron. —¿Habría algo finalmente en lo que Calhoun no era bueno? Había oído que el hermano de Sofía era malo apuntando —dudó—, pero ¿el Rey tendría malas intenciones?