—Lady Madeline, ¿le gustaría probar este vino? —preguntó la voz de una dama que se encontraba a su lado, sosteniendo una copa de vino en su mano.
—No, estoy bien, gracias por preguntar —respondió Madeline, sus ojos se posaron en el líquido azul que le había dejado algunos recuerdos del paseo en el carruaje con Calhoun. Era mejor no beber nada que no hubiera sido supervisado por Calhoun, pero él no estaba aquí en esta habitación.
Madeline se preguntó dónde estaría.
—No hablas mucho, ¿verdad, milady? —preguntó Lady Euphemia—. Si vas a tomar la posición de la Reina, deberías empezar a socializar más para que puedas formar relaciones, de lo contrario, la gente va a pensar que eres una muñeca muda —Madeline detectó la envidia en su voz.
—Creo que todos están familiarizados con el hecho de que no es la reina quien va hacia la gente, sino la gente quien viene a ella —dijo Madeline, con una sonrisa constante en sus labios que ahora había comenzado a dolerle las mejillas.