En la habitación, que era amplia y espaciosa estaba oscura pues las cortinas habían sido corridas sobre las numerosas ventanas, Calhoun caminó hacia la mesa donde diferentes tipos de botellas de licor estaban colocadas. Escogiendo una de ellas, sacó el corcho para verter el líquido en el vaso vacío antes de tomar un sorbo de él.
Estaba sirviendo vino en el vaso de nuevo cuando escuchó que las puertas de la habitación se abrían y se giró para encontrar a la mujer parada en el frente con una sonrisa en sus labios. Tomó un sorbo del vaso y vio a la mujer inclinar su cabeza.
—Larga vida al Rey —dijo ella antes de levantar su cabeza para mirar al Rey de Devon. El sirviente cerró la puerta detrás después de que la mujer entró en la habitación.
Calhoun caminó hacia el sofá y se sentó, se reclinó hacia atrás y luego cruzó sus piernas. —Llegas tarde —dijo, sus ojos calmados y serenos mientras miraban a la hermosa mujer.