Al ver a James Heathcliff parado no muy lejos de donde ella estaba, le resultó difícil apartar la mirada de él. Ella estaba de vuelta en el pueblo y él estaba aquí. Tragó saliva suavemente cuando los ojos de James se movieron para mirar al Rey junto al que ella había venido. La última vez que se habían visto, ella había mentido solo para protegerlo, esperando que saliera del castillo en una sola pieza en vez de en dos.
Cuando James volvió sus ojos para mirar el cuerpo de la criada que había sido decapitada hace unos segundos, los propios ojos de Madeline se movieron de nuevo para mirar el cadalso. La superficie de este parecía nada menos que un salpicón de sangre donde el cuerpo muerto de la criada continuaba allí. El cruel castigo había revuelto el estómago de Madeline y le había hecho sentir la cabeza pesada.