Sus manos se volvieron pegajosas al ver a Calhoun entrar en el castillo, y su cabeza se volteó bruscamente hacia James, quien parecía no darse cuenta del peligro que se acercaba a ambos.
—¿Qué pasó? —preguntó James con una mirada ligeramente confundida, sin entender por qué parecía que ella acababa de ver un fantasma. Durante meses, James había intentado cortejar a la joven doncella, y solo ahora estaban solos. Casi habían tenido un momento juntos, pero Madeline se había alejado de él para ver qué había fuera de la ventana.
James se había enamorado de Madeline la primera vez que se habían chocado mientras ella se apresuraba, llevando vegetales en sus brazos. Ella se había disculpado profusamente antes de irse.
—Necesitas irte ahora, James —le informó Madeline, provocando que él la mirara con el ceño fruncido.
—¿Por qué? No voy a dejar este castillo sin ti —la informó él, y Madeline lo miró alarmada.