Maddox había sido amansado en segundos por Calhoun, y Madeline observaba al lobo y luego a la mano que acariciaba y frotaba su oreja. Recordaba que Calhoun le había contado cómo había tenido al lobo durante mucho tiempo.
—¿Es algo de vampiros? —preguntó Madeline suavemente sin querer perturbar el momento del lobo con su maestro. Ella había visto a los lobos en el pasado huir antes de que pudieran verla; había visto cuerpos de aldeanos que los lobos salvajes dejaban en los suelos del bosque. Era algo que le había preocupado en el pasado cuando su padre tenía que ir al bosque a recoger troncos de árboles. Debido a los problemas que causaban los lobos en el bosque, muchos aldeanos solían ir de caza, lo que había empujado el hábitat de los lobos lejos de la civilización.
Pero ya no más, y era gracias a Calhoun.
Calhoun le respondió: