Recomendación Musical: Dale a Hell Hound- Jed Kurzel
—Con la jaula explotando, los ojos de Eve resplandecieron en un dorado más brillante mientras sus dientes ya no tenían forma humana, sino que habían tomado la forma de la sirena.
—Mira toda esa energía que escondes. Será maravilloso saber que moriste en mis manos esta vez —dijo Erasmo.
—Eso está por verse, ¿no es así? —respondió Eve, y deslizó su mano derecha de izquierda a derecha antes de cerrarla en puño. Rápidas piedras hechas de hielo se formaron en el aire, y lanzándolas en su dirección.
—Erasmo saltó hacia atrás, tratando de esquivar su ataque, mientras Eve no le permitía acercarse. —Puedo oler el mar, al cual pertenezco. El agua está a mi disposición y es ilimitada, a diferencia de tu vida que termina hoy, Erasmo —dijo ella.