Al llegar al último piso, Liu Ying encontró a Tong Chunian esperándola. Con una sonrisa amable, la saludó y la condujo a la oficina de Xi Ting.
—Señorita Liu, ¡qué bueno verla! Mi jefe nos espera. Por favor, sígame.
Liu Ying sonrió dulcemente, —Gracias, señor Tong.
Tong Chunian guió a Liu Ying por los impecables corredores del último piso. El pasillo que conducía a la oficina estaba adornado con obras de arte minimalistas, creando una atmósfera de sofisticación y exclusividad. El ambiente silencioso sugería un entorno de trabajo serio y concentrado.
Cuando se acercaron a la oficina de Xi Ting, que ocupaba todo el piso, Tong Chunian llamó a la puerta antes de entrar.
—Jefe, la señorita Liu ha llegado para nuestra reunión. —anunció Tong Chunian.
Una voz fría sonó desde dentro, —Entren.