Mira pasó su tiempo mientras María estaba inconsciente, cavilando sobre qué debería hacer en esta situación. A decir verdad, nunca había estado en esta posición antes, pero sentía tantas emociones conflictivas que no estaba segura de cuál era la respuesta correcta.
Se sentía indiferente ante el hecho de que Erika y Cole hubieran muerto. La muerte era solo otra parte de la vida; de alguna manera, consideraba la muerte una liberación. Tome sus muertes como ejemplo. Vivieron las últimas horas llenas de sufrimiento que harían perder la mente incluso al hombre más curtido en batalla. La muerte no era diferente de la libertad en su caso.
Se sentía triste de que dos cultivadores amables, desinteresados y cariñosos murieran solo porque estaban de alguna manera relacionados con ella. En el fondo de su corazón, Mira sabía que no merecían morir así. ¡Merecían vivir una vida larga y feliz, pero la aparición de Mira se las arrebató!
