No solo Edén, sino todos los que miraban apenas podían creer lo que veían. Miraban a Mira, atónitos de que pudiera derribar a Edén de un solo movimiento.
Concedido, Edén había suprimido su cultivación al nivel de Mira, pero eso aún no explica cómo perdió tan mal.
—¿Q-Qué... Qué pasó? —tartamudeó Edén, sintiendo la guadaña de Mira contra su cuello. Vio a Mira liberar una extraña niebla rosa, que sucedió en tocarla, ¡y luego todo se volvió blanco. Ahora, está parada aquí con una hoja contra su cuello!
—Estas colas no están solo de adorno, sabes —Mira no respondió su pregunta y en cambio solo señaló sus colas.
Había varios significados ocultos detrás de sus palabras, y Edén parecía entender parcialmente.
«¡Olvidé que es una mujer zorro!», pensó Edén.
—¡Quiero una revancha! —declaró Edén, sintiéndose indignada por su derrota.
Entendió que había sido hechizada, pero perder de manera tan patética como esa era humillante.
