```
—¿Oh? ¿Por qué debería enseñar a un mocoso como tú? —dijo Mira con frialdad, pero un destello de interés cruzó por sus ojos.
—¿Eh? —Dominique no esperaba que Mira fuera tan directa.
—No lo diré de nuevo. ¿Por qué debería enseñar a un mocoso como tú? —Mira se repitió por última vez. Dominique se puso un poco nerviosa al intentar encontrar las palabras adecuadas para responder.
—¡Deberías enseñarme porque haré cualquier cosa para ser más fuerte! ¡No tengo a nadie ni nada y solo quiero poder vivir! —dijo Dominique con determinación mientras se inclinaba de nuevo.
—¿Oh? ¿Y qué harás si digo que no? —preguntó Mira al levantar la cabeza de Dominique y mirarle a los ojos. Dominique se vio obligada a mirar a los ojos vino-rojos de Mira. Se sintió como si un demonio la mirara directamente, como si estuviera desnuda; nada podía esconderse de esos ojos. Y antes de que pudiera responder, Mira comenzó a hablar.