La hora final había llegado.
Jiang Yue exhaló lentamente, sus dedos flotando sobre el teclado mientras hacía los últimos ajustes al sistema de control de NeuralSync.
Líneas de código se transmitían en la pantalla, cada comando integrando perfectamente la IA del exoesqueleto con la Interfaz Cerebro-Computadora (BCI).
Shen Yuling revisó por tercera vez el módulo de aprendizaje adaptativo de la IA, asegurándose de que continuara mapeando y refinando las predicciones de movimiento.
Mo Yichen estaba afinando el marco de material inteligente autoreparador, observando cómo las nano fibras se tejían sin problemas después de una prueba de estrés.
El laboratorio estaba en silencio excepto por el zumbido rítmico de los ventiladores y el ocasional tecleo. Nadie hablaba, no hacía falta. El peso del momento era suficiente.
Jiang Yue finalmente se alejó del escritorio, su mirada se posó en el exoesqueleto elegante y aerodinámico que tenían frente a ellos.