Shen Yuling exhaló bruscamente, cruzando sus brazos mientras negaba con la cabeza. —Jiang Yue, seamos realistas. Eres una estudiante de primer año con apenas experiencia en ingeniería, y estás proponiendo algo con lo que incluso los profesionales de la industria tendrían dificultades.
Mo Yichen asintió, su expresión firme. —Tu idea es buena, no hay duda de eso. Pero el problema no es el concepto. Es la ejecución.
Él golpeó sus dedos contra la mesa. —Esta competencia no solo se trata de innovación. Los criterios incluyen funcionalidad, rendimiento y eficiencia. Si no podemos completarlo en cuatro días, no importará lo revolucionaria que sea tu idea, no ganará.
Jiang Yue no dijo nada, su rostro era ilegible mientras escuchaba.
Shen Yuling continuó. —Tenemos que construir algo que funcione, no solo algo que suene impresionante en papel. Apuntas a las estrellas, pero si nos estrellamos antes del despegue, no significará nada.
La habitación quedó en silencio.
