—¡No! No puedo ser derrotado así. ¡Trabajé tan duro para no ser derrotado por una niña pequeña como ella! —De repente, el aura alrededor del Maestro Celestial Gui cambió.
La atmósfera se volvió siniestra y los oídos de Yu Holea se llenaron con el aullido de fantasmas.
—¿Crees que puedes derrotarme? —dijo el Maestro Celestial Gui con voz ronca.
Con eso, el Maestro Celestial Gui soltó una risita y continuó:
—¿Sabes cuál es el secreto detrás de este Hotel Luna Carmesí? ¿De quién son estos esqueletos? ¿Sabes todo lo que he sacrificado hasta ahora para llegar aquí? —Mientras hacía esta pregunta, el Maestro Celestial Gui estaba envuelto en una niebla roja y negra.
Su voz sonaba distante.
Yu Holea ignoró su comentario y lo atacó, pero esta vez su ataque fue como una gota de agua sin tener ningún efecto en el Maestro Celestial Gui.
El Maestro Celestial Gui ignoró el ataque de Yu Holea y continuó:
