—¿Eh? —Yu Holea realmente no podía entender nada.
—El primer beso que compartimos fue durante nuestra semana de aventura. ¿Sabes lo ansioso que estaba en ese momento cuando me ignoraste? Estaba tan ansioso que a propósito te emparejé conmigo. ¿Recuerdas ese beso accidental?
Yu Holea recordaba el beso. ¿Cómo podría olvidarlo? ¡Esa fue la primera vez que entendió qué significaban las mariposas en el estómago!
—Sí, no fue accidental en absoluto —admitió francamente Qiao Jun y le besó la nuca.
Yu Holea se estremeció y no pudo evitar gemir. Pero antes de que pudiera hacer un ruido, Qiao Jun le cubrió la boca y susurró en tono maligno,
—Lea, ¿qué estás haciendo? Compórtate.
Golpe.
Golpe.
Golpe.
Esta fue la primera vez que Yu Holea vio el lado malvado de Qiao Jun.
Ese chico malo primero le contó sobre su comportamiento obsesivo, luego la besó y cuando ella quiso gemir, él usó sus propias palabras para evitar que gimiera.
—¿Qué pasa Lea, por qué no hablas? —preguntó Qiao Jun.
