Entonces el espíritu que la protegía era el espíritu de Qiao Jun.
Pero, ¿cuándo dejó él esta parte de su alma?
¡No!
La pregunta más importante era por qué había dejado este fragmento del alma.
¿Quería protegerla o ya conocía el futuro y por eso dejó este fragmento de alma?
Sin embargo, no importa si fue lo primero o lo segundo porque cualquiera de los dos muestra que él realmente se preocupaba por ella.
Solo este pensamiento hizo que el corazón de Yu Holea se calentara e incluso el dolor de su cuerpo disminuyó visiblemente.
—¿Señor Qiao? —preguntó Yu Holea con cautela.
El espíritu no se volteó y simplemente se quedó de pie frente a Yu Holea como si no pudiera oír las palabras de Yu Holea en absoluto.
La General del ejército del Señor Oscuro sintió la presencia del fragmento del alma de Qiao Jun y sus ojos se tornaron rojos.
Sin embargo, cuando notó que el fragmento del alma era mucho menos poderoso que antes, una sonrisa apareció en su rostro.
