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Cuando Kamiko abrió el baño, Kat no estaba segura de qué esperaba. Al oír que era para toda la familia, pensó en múltiples cabinas de ducha, o una pared llena de cabezales de ducha. Ahora, como alguien que creció en un orfanato, ambos son errores comprensibles. Habiendo visto las duchas comunitarias en la zona de la piscina local, y habiendo escuchado a Abuelito decir que sería una buena idea si no fuese tan caro unas cuantas veces, esa era su idea al entrar.
En cambio, Kat encontró una gran bañera que tenía el tamaño de una pequeña piscina y una habitación compuesta de una sustancia similar al mármol blanco que parecía agarrarse a sus pies cuando entró. Era extraño, y no sabía cómo reaccionar adecuadamente, así que simplemente miró el resto con la boca abierta de asombro.
