```
Fue poco después de esto que Kat escuchó que se abría la puerta y vio a Lily entrar en la sala. Su pelo castaño parecía aún más desordenado de lo normal, y a pesar del clima soleado llevaba un suéter y pantalones largos. Sus ojos tenían unas bolsas enormes debajo de ellos que se extendían tanto que podías verlas alrededor de sus grandes gafas. Sin embargo, a pesar de esto, tenía una sonrisa brillante en su rostro y caminaba lo más rápido que podía sin llegar a correr por dentro.
Lily se lanzó felizmente sobre el montón y, acurrucándose al lado de Kat, extendió su segundo brazo alrededor de los demás también. —Finalmente has vuelto —dijo Lily, con una cantidad casi cegadora de alegría.
Kat sintió el aguijonazo de la culpa una vez más. Ella era la ÚNICA que no estaba disfrutando de su regreso. Todos estaban claramente felices de tenerla de vuelta, y todo lo que podía hacer era preocuparse por lo que pensarían de ella. —Encantada de estar de vuelta, Lily —dijo Kat.
