Menarx entró en la sala de audiencia, Adrienne no muy lejos detrás de él, escaneando con la mirada al pequeño grupo, buscando ansiosamente a su sobrino.
—Zephyr no ha sufrido daño alguno. Todo gracias a Neveah, Kaliana lo llevó lejos... le será difícil separarse del chico por un tiempo —Kirgan puso al día a Menarx.
—¿El hechicero? —preguntó Imagor con impaciencia, estaba sentado, con su camisa de satén levantada mientras Everon atendía su herida.
Quemaduras rojas y enojadas bordeaban sus costados, preocupantes para un señor dragón que tenía gran resistencia al fuego,
Pero lo que había escaldado tan gravemente a Imagor no había sido el fuego, Neveah también había probado por sí misma la niebla roja, aunque se curó mucho más rápido y sus quemaduras no eran ni de lejos tan malas como las de Imagor.
Había tomado mucho convencer a Kaliana para que dejara el lado de su dragón en ese estado, pero Imagor había insistido firmemente.
—Lo perdimos —admitió Menarx, con tono avergonzado.