—Veah... Veah... —Everon llamó insistentemente, sacudiendo levemente el hombro de Veah en un intento de despertarla.
La oscuridad del anochecer ahora envolvía la Fortaleza Cielos, Kirgan y Menarx habían regresado de atender sus respectivos asuntos.
Ahora habían venido en busca de Neveah, quien inesperadamente estaba profundamente dormida en los cuartos de Jian.
—Despierta Veah, es de noche. —Everon susurró en voz baja.
—¿Podría ser... que esté con Jian? —preguntó Kirgan desde donde estaba junto a la puerta.
—Si es así, ¿deberíamos despertarla? ¿O la dejamos estar? ¿Tal vez sea algo de suma importancia? —preguntó Kirgan con incertidumbre.
Menarx sacudió la cabeza levemente, caminando más hacia dentro de la habitación para colocarse junto a la cama.
—Neveah dejó claro que tenía que ser esta noche y ni un momento después. Ya hemos preparado todo, será aún más difícil acceder a los archivos ocultos si perdemos este momento. —Menarx recordó.