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Neveah juntó instintivamente los muslos, pero no era rival para Xenon, quien los separó fácilmente, dejando a Neveah completamente expuesta a su vista.
La punta de la nariz de Xenon rozó muy ligeramente la parte interior de los muslos de Neveah, enviando una sensación de hormigueo por la piel de Neveah, una sensación que intensificaba su excitación.
—Puedes negarnos... pero tu cuerpo habla tu verdad... tu deseo es tu verdad —dijo Xenon con un bajo y animalístico gruñido.
El sexo de Neveah brillaba atractivamente con la evidencia de su deseo, prueba de que cada roce de ellos afectaba a Neveah mucho más de lo que ella admitía.
Esto despertó en Xenon un profundo e intenso antojo por probarla... Un impulso enloquecedor por ver cómo ese fastidioso autocontrol de Neveah se desmoronaba en sus manos,
Hasta que ella quedara sin aliento y jadeante, con sus nombres en su lengua... hasta que su garganta estuviera demasiado dolorida para decir algo más.
