Un sonido de tintineo bajo resonaba a través de la cabeza de Neveah. Neveah contuvo la respiración en silencio mientras ráfagas rápidas de poder fluían por sus venas, completamente fuera de control.
Neveah podía sentir un torbellino de emociones agitándose en su interior, ira... traición... Todas las cuales Neveah sabía que no eran suyas, tampoco pertenecían a su lobo.
—¡Jian!... ¡Jian!... —Esa voz inquietante en la mente de Neveah rugía, con una rabia que rivalizaba con la de Jian.
Conocía al Rey Jian... claramente, el Rey Jian también lo conocía a él, la orden que el Rey Jian había dado era como una ligadura sobre él, forzándolo a reprimirse en la mente de Neveah y protestaba ferozmente.
Estaba furioso, completamente encolerizado, Neveah podía sentir su ira corriendo por sus venas pero al mismo tiempo, podía percibir que estaba intimidado... la aura dominante del Rey Jian lo sobrepoderaba por mucho.
Sabía que tenía que obedecer la orden del Rey Jian, Neveah lo sentía.