—¿Eso... es lo que creo que es? —Vino una pregunta susurrada en voz baja.
—Ya sabes la respuesta a eso —fue la respuesta impersonal que se dio.
—Pero... ¿cómo es eso posible? ¿Cómo es posible todo esto? ¿Cualquiera de esto? —la primera voz preguntó de nuevo, completamente asombrada.
Esta vez, no se dio respuesta y quizás no se había esperado respuesta en primer lugar.
A Neveah le tomó un momento discernir que estas voces pertenecían a Casiano y al Rey Jian.
Sin embargo, la mente de Neveah todavía estaba nublada y no podía comprender sobre qué tema discutían en susurros o por qué estaban incluso en la misma cercanía que ella en primer lugar.
Había un dolor agudo pulsando a través de su cráneo y un dolor sordo persistía en algún lugar a lo largo de su columna, recordándole a Neveah que había recibido un golpe o un par de esos.
