—Sí... Admitiré que mi clan tiene sus propios arreglos... pero yo nunca fui parte de ello... aunque estoy segura de que nada de lo que pueda decir cambiará tu opinión sobre mí —Adrienne finalmente dijo en un tono apenas más alto que un susurro.
—Tienes toda la razón para dudar de mis intenciones... pero lo único que espero que puedas creer es que nunca haría nada para dañar a Menarx... nunca —Adrienne finalmente dijo en un tono apenas más alto que un susurro.
—No soy yo quien necesita estar convencido de tu sinceridad. En unos días, me iré... y dependerá de ti cómo elijas enfrentar tus problemas —dijo Neveah, mientras se levantaba de la cama.
—No necesito tus secretos. Haz lo que quieras con ellos. Solo voy a Menarx porque deseo que esté seguro y bien, y no por ti —Neveah dejó claro mientras se levantaba de la cama.
Neveah caminó hacia su armario, buscando un cambio de ropa.
—Ya sabías... dónde está... —Adrienne murmuró dándose cuenta.