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Jian estaba sentado en su trono, con una expresión imperturbable. El consejo de jinetes ya estaba reunido y Jian había dado su permiso para que los elfos fueran convocados.
Las puertas de la sala del trono se abrieron y los representantes del consejo élfico entraron con paso firme.
Había cinco de ellos, tres elfos masculinos y dos femeninos. Entre los cinco, Jian reconoció a tres de ellos como miembros del consejo élfico, mientras que los otros dos eran guardias elfos que no eran tan familiares para Jian.
Hacía décadas que Jian no tenía motivo para convocar a los elfos, pero aún reconocía las caras de estos miembros del consejo, eran elfos de sangre noble y muy respetados entre los suyos.
—Saludos, Su Gracia, el Rey Dragón —los elfos saludaron al unísono, con las palmas colocadas planas sobre su corazón y la cabeza inclinada en señal de respeto, como es la costumbre de saludo de los elfos.