Lado no entendía del todo lo que Alessio quería decir, pero sabía que no debía hacer preguntas.
—«El artesano informa que el pedido de Su Gracia está listo para ser entregado, ¿debería mandar a buscarlo?» —preguntó Lado.
A Alessio se le iluminó el rostro al oír eso, había estado esperando durante casi una semana, había tardado mucho en encontrar una manera de siquiera fusionar la escama del dragón a voluntad.
Pero entre hacerlo funcionar o perder la vida, Alessio adivinó que los artesanos habían elegido sabiamente.
—«Iré yo mismo» —decidió Alessio al levantarse— y se dirigía hacia la salida cuando recordó que la loba Meredith aún permanecía acurrucada a un lado, temblando de terror.
A Alessio podría engañarse a sí mismo por el color de pelo familiar, pero nada más en ella era siquiera levemente similar a Neveah.
Su personalidad era demasiado tímida y todo lo que podía hacer era temblar, ni siquiera cuando Neveah jugaba a ser la princesa ingenua se asustaba tan fácilmente.