Neveah echó un vistazo a su propia mano por un momento, nunca fue de juzgar el bien o el mal basándose en los hechos presentados por otros.
Neveah siempre había confiado en su propio juicio y en ese momento, todos sus instintos le gritaban que había peligro.
Quizás era su vínculo en formación con Menarx hablando, quizás era su hebra de llama dentro de ella que encendía su interior, advirtiéndole que no confiara en un representante de la oscuridad.
Fuera lo que fuese, Neveah se encontró negando lentamente con la cabeza. La última vez que se le presentó esta cuestión, Neveah había aceptado sin dudar.
Sin conocer ni entender las consecuencias, había dado un salto a ciegas simplemente porque quería vivir.
Y Neveah todavía quería vivir, después de todo lo que había pasado, sabía que se lo merecía, pero no a cualquier precio.