—Sí... —Neveah dijo con incertidumbre, encontrando extraño el repentino cambio en la expresión del enano.
—¡Benditas Ventiscas! Soy Mor'rud, bibliotecario y escriba de la academia. Saludos, Mi Señora —el enano reconoció, bajando su cabeza en una reverencia profunda.
La reverencia fue tan profunda que la barba frondosa del enano que ya le llegaba a las rodillas ahora rozaba el suelo y el enano mantuvo la posición reverencial durante mucho más tiempo del que hubiera sido normal.
A Neveah le tomó un momento darse cuenta de que el enano estaba esperando que ella hablara primero y parecía que no se enderezaría si ella no lo hacía.
Neveah soltó una risa incómoda ante la formalidad con la que se encontraba.
—Esté tranquilo —Neveah aseguró y el enano corrigió su postura, sus amplios y emocionados ojos encontrando los de Neveah nuevamente.
Toda la indignación de un momento antes había sido completamente olvidada.