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—Se dejan rastros detrás, su camino es una senda continua de muerte y destrucción a través del bosque...
—¿Y de pronto, se detiene y no podéis determinar qué ha sucedido? —preguntó el Rey Jian con una ceja alzada, esperando haber comprendido completamente el informe que le presentaban dos de sus mejores rastreadores.
Rauron y Mauldray se hallaban frente al rey dragón, con las cabezas bajas ante su ira.
La fortaleza había estado en paz durante siglos, las guerras en las fronteras estaban bajo control desde que el rey dragón reclamó el trono, había pasado un tiempo desde que los señores dragón tuvieran que lidiar con un enemigo que realmente mereciese preocupación.
Para Rauron y Mauldray, ya era bastante difícil para ellos creer en su incapacidad para rastrear al golem trol cuando nunca antes habían fallado en nada.
—Mi Señor, es exactamente como informamos. Los rastros simplemente desaparecen... no debería ser posible, pero así es —replicó Rauron, con un tono sereno y firme.