—Lo que supe en el momento en que lo vi es todo lo que necesito saber —continuó la Alta Sacerdotisa Melissa.
—Esposa o no, su vida antes de ahora ya no importa. Así es la manera de las ninfas, lo viejo debe dejarse atrás en favor de un nuevo amanecer.
—Fue lo mismo cuando Raina encontró al Señor Farren... y es lo mismo ahora —respondió la Alta Sacerdotisa Melissa con tono apagado.
Estelle apenas conseguía contener su ira, dirigió una mirada al Señor Farren, entendiendo lo que la Alta Sacerdotisa Melissa estaba insinuando.
—Melissa, no hables de lo que no entiendes ni mancilles el nombre de Raina con tus malas intenciones...
—Lo que Raina y yo encontramos fue un amor verdadero y puro, pero lo más importante... mutuo. Renuncié a mi pasado por mi propia voluntad. ¡Una elección que claramente no le has permitido al joven! —contrarrestó el Señor Farren en un tono severo.