—Ustedes los humanos son bastante divertidos... existen en dudas, autonegación, autoengaño... una existencia verdaderamente lamentable.
—Nosotras las ninfas somos diferentes, abrazamos nuestro ser más verdadero. Nos atrevemos a desear y vamos por lo que deseamos —declaró orgullosa la Alta Doncella.
—Tres temporadas de floración he esperado, había muchos ante mí pero lo sabía, que cuando pusiera los ojos en el uno... lo reconocería —la Alta Doncella cortó sus palabras y cambió de tema—. ¿No te das cuenta de que con los ojos cerrados, tus sentidos se vuelven aún más alertas?
—La Alta Doncella comentó divertida, riendo en voz baja para sí misma mientras se detenía.
—No ves, pero lo sientes todo... escuchas mi voz, mis pasos, sabes de mi presencia —asumió Dante que la Alta Doncella echó un vistazo por encima de su hombro hacia él, pero era difícil decirlo con exactitud—. Pronto, tu mente comenzará a formar una imagen de mí.