—La rígida postura de Neveah sólo se relajó cuando Davina se apartó, dando un paso atrás y saliendo del espacio personal de Neveah.
Davina ni siquiera parecía haber notado la reacción adversa de Neveah a su abrazo y Neveah estaba agradecida por eso.
Neveah nunca había gustado tener a alguien en proximidad cercana a ella... ya había muerto una vez porque bajó la guardia, sería una tontería de su parte permitir que se repitiera.
En este punto de la vida de Neveah, quien pudiera acercársele demasiado sin desencadenar sus instintos era alguien en quien confiaba profundamente... y no había muchas personas así.
«¿Hay alguna?», el lobo de Neveah pensó para ella, pero Neveah no tenía respuesta y por eso se quedó en silencio.
—No hagas eso de nuevo, estaba realmente preocupada por ti —Davina reprendió con una mirada severa.
Neveah no podía hacer promesas y por ello sólo asintió pero no dijo nada en respuesta.
Cuando se resolvió eso, Davina examinó a Neveah, fijándose en su atuendo.
