—Anoche, vi al señor Su.
—¿Y qué?
—Sí, ¿cuál es el punto?
Sus amigas no pensaban que ver a Su Yu Hi fuera una noticia sorprendente.
—Tsk... ¿Pueden dejarme terminar primero...? He visto al señor Su con una mujer.
—¿Qué? Eso sí que es otra historia. ¿Dónde lo viste?
—¿Conocen la calle de comida cercana?
—Sí. La conozco. He comido allí varias veces. ¿Espera? No me digas que los has visto allí.
—¿Estás segura de que ese hombre es nuestro señor Su?
—Por supuesto. No estoy ciega, ¿vale?
—Entonces, ¿has visto la cara de la mujer?
—Bueno, la cara de la mujer estaba tapada con una máscara. También llevaba un sombrero. Pero puedo ver que su cuerpo es bastante bonito.
—La señorita Yu Qi debe estar feliz si se entera de esta noticia.
—Sí. Ella siempre le da la lata al señor Su para que consiga una novia.
—Eso es cierto.
—Sí. Estoy realmente feliz —Yu Qi no pudo evitar interrumpir.
Las tres chicas se sorprendieron al escuchar la voz de su gran jefa. —¡Señorita Yu Qi!