Después de terminar de adjuntar el espíritu en Wei Zhu Feng, Yu Qi estaba de pie, apoyada contra la pared. Tomó un vaso de jugo de la mesa de bebidas. Bueno, no tenía intención de beber alcohol. Tenía una baja tolerancia al alcohol. Nunca olvidaría la noche en que bebió vino y atacó a Long Hui.
Estaba bebiendo el jugo cuando alguien se acercó y la saludó.
—Hola. —Era un joven. Probablemente un joven maestro de segunda generación de una familia rica.
—Hola. —Yu Qi simplemente asintió y lo saludó de vuelta. De lo contrario, sería descortés. Sin embargo, no conocía al hombre.
—Parece que estás sola. ¿Quieres acompañarme? Yo tampoco tengo pareja para esta noche. —El hombre sonrió.
—Lo siento. Ya tengo pareja. —Yu Qi rechazó su invitación.
—No tienes que mentir. Solo te observo. Solo has hablado con una mujer y un hombre. No hay nadie a tu lado. —El hombre aún no se daba por vencido.
—¿Necesito deletrearte que no quiero seguirte? —Yu Qi ya había cambiado su aura.
